
Samarucs Natación Somos un grupo de gente a la que le une la afición por la natación, pero no sólo eso. Nos gusta practicar deporte en un ambiente distendido, relajado y amigable, con personas abiertas a las que les gusta divertirse de una forma sana.
Para venir a nadar con nosotros no es necesario que seas Phelps, sólo que quieras hacer deporte, que te comprometas con el equipo y que tengas ganas de pasarlo bien, no sólo en la piscina, pues solemos quedarnos a cenar después del entrenamiento.
Estamos federados para poder participar en todas las competiciones que se presenten, pero no es necesario que te federes si no quieres.
World Outgames Copenhague 2009

27.08.09
Esta vez no era una simple competición de fin de semana,
Esta vez no era una simple competición de fin de semana, ni siquiera unos Eurogames, esta vez y por primera vez, Samarucs estaba presente en una competición a nivel mundial, una competición hecha con el apoyo de IGLA (International Gay and Lesbian Aquatics).
Una competición de estas características requería una semana entera para poder cubrir todas las pruebas, no sólo de natación, si no de todos los deportes que estaban incluidos. Gente de todos los países del mundo se reunieron el sábado 25 de julio en la plaza del ayuntamiento para el desfile inaugural. Con un poco de retraso, pasadas las nueve y media empezaba el desfile, destacando los grupos de EEUU, Canada, Australia, Francia, Alemania o Dinamarca por número de participantes, pero no menos destacable era la presencia de países como Paraguay, Irán o la India.
El domingo empezaban las competiciones en sí. Era el turno de las carreras: 5K, 10K, half marathon and marathon. Sé que no tiene nada que ver con natación, pero un Samarucs y un simpantizante participaban. Las carreras fueron un desastre, estaba bastante mal organizado, el recorrido era confuso, teniendo que compartir parte del recorrido, lo que implicó que cuando Martin llegó de primero nadie se enteró. Pero lo peor fue la entrega de medallas, que después de una larga espera (es lo que tiene tener un novio y un hermano campeones) van y dan los nombres de los vencedores totalmente equivocados. La pobre chica se quería morir. Al final una camiseta y una gorra para los tres vencedores en cada prueba y entrega oficial de medallas el martes en el estadio después de ordenar todo el caos que tenían montado.
Por la tarde nos dirigimos a la piscina para saber dónde estaba, cómo llegar y todas estas cosas. La verdad es que nos pillaba bastante bien desde el hotel, un solo autobús directo a la piscina. Pero al llegar, primera decepción. Los 1500m se iban a nadar con dos personas por calle. Después de un mal comienzo de competición no era una buena noticia, aunque he de reconocer que visto lo visto, menos mal, pues si no aquello se podía eternizar.
Lunes y comienza la natación. A pesar de nadar dos personas por calle el horario no se cumple y empiezan los retrasos que serían habituales a lo largo de toda la semana, si bien, no escandalosos (aunque habría que preguntarles a los de la sincronizada si opinaban lo mismo) Primer día y primera medalla. De plata y es que Luigi es mucho Luigi y no pude con él.
El martes era el turno de los 200m libre. No había posibilidades y la verdad es que no me sentía muy bien, de hecho, aunque mejoré el tiempo con respecto a Barcelona, siguió siendo un tiempo malo. Aún así la plata fue para mí otra vez, aunque de esta no me siento tan orgulloso.
Después de la piscina tocaba estadio, pues Martin y mi hermano volvían a correr, además tenían que recoger las medallas del domingo. Lo del estadio ya fue la bomba y nunca mejor dicho, porque no una, sino hasta tres bombas llegaron a lanzar y explotar en el estadio, la primera muy cerca de unos corredores a punto de empezar una prueba. La tercera con la policía ya allí. No hubo daños materiales ni heridos, pero la verdad es que acojonó bastante. Sobre todo la segunda vez. Además era algo que no cabía esperar de Dinamarca, un país supuestamente avanzado y libre. Aparte del incidente, mucho retraso, muchísimo. Todo el puto día allí, pero mereció la pena pues otra vez hubo medallas: Martin segundo y mi hermano tercero (primero y segundo en su categoría)
El miércoles no tuvimos que madrugar mucho, por fin. De todas formas, el descanso extra no fue suficiente y me tuve que conformar con un bronce, aunque esta vez sí que contento, pues el tiempo no está mal: mi tercer mejor tiempo en general y el mejor en piscina de 50.
Jueves y sin apoyo me voy a la piscina a cubrir el trámite de los 200 espalda, prueba que no había nadado nunca y que hacía por hacer algo distinto. Quedé 5º.
De la piscina corriendo al estadio donde Martin volvía a correr. Esta vez 10000m. Después de varios días competición parecía que habían cogido ritmo y no fue tan desesperante como el martes. Aún así y para seguir con la tónica de contratiempos la entrega de medallas que tenía que ser a la una, se retrasó a las cuatro y media de la tarde porque no tenían los resultados. Con lo simple que es tomar el tiempo de uno detrás de otro, que sólo eran 20 personas, por dios. En este punto ya estábamos bastante hartos. En fin, que como el Martin había vuelta a ganar, tuvimos que volver por la tarde.
Viernes, ya no queda nada. Yo nado los 800 y Martin nada los 50 libres. Cinco minutos antes de empezar vemos movimientos raros y lo que nos temíamos ocurre. Cambio de planes, dos personas por calle otra vez. Por suerte estábamos allí porque el que hubiese calculado a que hora nadaba no llegó. Esta vez no tuve suerte y la persona que nadaba en mi calle sí que se presentó. Era también la primera vez que competía en los 800, pues no es una prueba de "hombres", pero me gustó. Luigi otra vez se quedó con el oro (menos mal que es un chaval majo) y yo me tuve que conformar con ser otra vez el segundón. Martin constató su pérdida de forma física en el agua después de tanto entrenar en el asfalto, por lo que hizo un tiempo que es mejor ni recordar.
Sábado y por fin se acaba todo. Ya sólo queda el triatlon por equipos, un poco de diversión. Pero cuando pensábamos que nada podía ir peor, "zas, en toda la boca". Con el traje, el gorro, las gafas y preparado para saltar al agua mi hermano llega para avisarnos que nos han dado mal nuestro número. Allá se van él y Martin a coger el bueno, venga a cambiar el chip y el gorro y ala, al agua. 17 grados. Me gusta el agua fría, pero a las ocho de la mañana y con un agua tan oscura, menos mal que tenía el traje. Salida y sin empujones me pongo en primera posición, levantando la cabeza de vez en cuando para orientarme. Llego a la salida y corro hacia donde me espera mi hermano con la bici para hacer el relevo, pero debido al cambio de número, su posición cambia, con lo que tengo que corregir mi trayecto y pum, al suelo. Aún así, le entrego el chip rápidamente y sale corriendo. Martin está calentanto mientras tanto y nos empezamos a poner nerviosos porque no le vemos. Al poco tiempo aparece y se va a la zona de transición, a donde llega mi hermano manteniendo la primera posición. Hacen el cambio de chip y sale Martin corriendo. 16 minutos después, entre el pasillo de banderas lo vemos llegar. Somos primeros. Pero nadie más nos espera, por lo que no está cerrada la llegada, no hay cubo para entregar el chip ni nada. Pero ganamos, que es lo que cuenta. Menos de una hora. 56 minutos para ser exactos. Los demás equipos llegan pasados los 60 minutos.
Pero no todo fue competición, nos dio tiempo a ver la ciudad (y poco más, con tantos retrasos y percances), alguna que otra actuación como la de Kate Ryan en el espacio Antwerpen, unas venidas de Melburne o unos venidos de México. FUimos a una competición de coros, que lejos de ser aburrida como suena, estuvo muy bien. Hubo fiestas todos los días, pero excesivamente caras y no muy céntricas, por lo que no asistimos a ninguna. Y por primera vez, notamos movimiento/acción en los baños...
Publicado el jueves, 27 de agosto de 2009