
Samarucs Natación Somos un grupo de gente a la que le une la afición por la natación, pero no sólo eso. Nos gusta practicar deporte en un ambiente distendido, relajado y amigable, con personas abiertas a las que les gusta divertirse de una forma sana.
Para venir a nadar con nosotros no es necesario que seas Phelps, sólo que quieras hacer deporte, que te comprometas con el equipo y que tengas ganas de pasarlo bien, no sólo en la piscina, pues solemos quedarnos a cenar después del entrenamiento.
Estamos federados para poder participar en todas las competiciones que se presenten, pero no es necesario que te federes si no quieres.
Vienna Valentine's Tournament

10.03.09
Cada año por San Valentín se celebra una competición de natación que organizan
Cada año por San Valentín se celebra una competición de natación que organizan alternativamente Amsterdam y Viena. Este año era el turno de Viena. Con esta competición comienza el ciclo de competiciones anuales y hasta Viena viajamos Màrius y yo para seguir dejando huella por Europa de Samarucs. hace un año éramors 7, esta vez sólo dos, pero espero que a medida que vaya avanzando el año, volvamos a recuperar la presencia de siempre.
Como en cada competición, el viernes tuvo lugar el registro, al cual no pude asistir por llegada tardía del avión (sobre la hora prevista, pero tarde en cualquier caso), por lo que Màrius me recogió la acreditación en lo que fue un acto sencillo, sin grandes parafernalias.
El sábado, día de la competición, nos levantamos temprano y nos dirigimos a la piscina al otro lado del Danubio, que no es tan azul como dice la canción. Las instalaciones normales, 6 calles con medición automática de tiempo. Grandes ventanales que dejaban entrar los rayos de sol que disimulaban el frío polar que hacía en el exterior. 150 nadadores de distintos países nos congregamos allí para una jornada más de éxitos, decepciones y hermanamientos.
Los éxitos llegaron con las medallas, una de cada color, aunque la más apreciada fue la de los 200 estilos, pues era la primera vez que los nadaba y el tiempo que hice no me defraudó: 2,47,98.
Las decepciones llegaron con la salida en falso de Màrius en los 200 braza, que lo dejaron fuera de competición con una sensación amarga de haber hecho un viaje tan largo para tan poco. Había que tomar nota y había que hacer una prueba de cómo es una salida para los Jocs Taronja para que a nadie le pasara lo mismo.
El hermanamiento, una vez más, con Out to Swim, con los que nadamos un relevo al ser ellos también dos. Relevo que quedaría fuera de competición, pero que nadamos tan a gusto, dándolo todo, como siempre.
Por lo demás, la competición se desarrolló con normalidad, con un locutora-política-exnadadora, agua con ligeras burbujas, pincha animando el cotarro a pesar de haber sido asaltada la noche anterior y medallas originales con forma de lágrima de lámpara de nuestras madres.
Tras la dura jornada de competición, tocaba irse a casa a descansar para prepararse para la cena (a las 7 de la tarde) El frío que hacía tampoco invitaba a mucho más que a descansar a cubierto.
Pasadas las siete de la tarde llegamos al lugar de la cena, donde un buffet nos esperaba en un recinto quizás un tanto estrecho, pero bien calentito. Después de la entrega de unos cuantos trofeos que no entendimos muy bien, nos movimos hacia el Ballroom. Si algo hay en Viena, son escuelas de baile y habían organizado una visita a una de ellas para bailar agarraditos, pero el ambiente no era lo que buscábamos, por lo que nos fuimos directos a la fiesta. Hasta las 23h no abrían la pista de baile, por lo que durante una hora estuvimos apretaditos en una sala 10 por 10. La música, normal. Cuando por fin abrieron la pista de baile, la gente se empezó a animar, pero cansancio hizo mella pronto y abandonamos para descansar, pues la fiesta no dejaba de ser una discoteca llena de tíos bailando...
El domingo, el consabido brunch. La nieve nos dio los buenos días y aunque no llegó a cuajar nos avisaba de unas temperaturas propias de la época pero a las que no estamos acostrumbrados. La abundancia y variedad del brunch son de destacar, no así el espacio, un poco estrecho y escaso e incluso demasiado caliente (nos pasamos el finde poniéndonos y quitándonos ropa).
Después de saludar a los conocidos esperándolos ver pronto, nos fuimos ya a disfrutar de la ciudad, que, aunque hacía frío, tiene mucho que ver.
Publicado el martes, 10 de marzo de 2009