
Samarucs Natación Somos un grupo de gente a la que le une la afición por la natación, pero no sólo eso. Nos gusta practicar deporte en un ambiente distendido, relajado y amigable, con personas abiertas a las que les gusta divertirse de una forma sana.
Para venir a nadar con nosotros no es necesario que seas Phelps, sólo que quieras hacer deporte, que te comprometas con el equipo y que tengas ganas de pasarlo bien, no sólo en la piscina, pues solemos quedarnos a cenar después del entrenamiento.
Estamos federados para poder participar en todas las competiciones que se presenten, pero no es necesario que te federes si no quieres.
Crónica Budapest

6.09.08
El pasado fin de semana tuvimos que decidir entre ir a Montpellier o ir a Budapest.
El pasado fin de semana tuvimos que decidir entre ir a Montpellier o ir a Budapest. Después de días de dudas por los precios, cercanía y demás, decidimos que iríamos a Budapest y creo que no nos arrepentimos en absoluto. Con diferencia la mejor salida hasta el momento. Pero vamos por partes.
El viernes 29 empezaba la programación oficial del torneo con el registro. Allí nos dirigimos Josep, Juan Carlos, Juan Luis, Màrius y yo (David) sobre las 8 de la tarde. No había mucha gente, algunas caras conocidas, otras todavía no. No llegó mucha más gente porque iba a ser una competición familiar, en petit comité. Sólo 52 participantes venidos de Austria, Croacia, República Checa, Alemania, Holanda, Italia, Suecia y alguno más que seguro que se me escapa. Eso explicaba que las medallas se fuesen a dar por grupos de 10 años, en lugar de las categorías habituales de 5 años. Después de una recepción agradable con una copita de champán y unos panecillos típicos húngaros nos fuimos a cenar y a descansar para la competición.
El sábado a las 9 de la mañana nos dirigimos al complejo deportivo en la isla Margarita donde iba a tener lugar la competición. Un complejo de piscinas al aire libre muy bonito y envidiable. La piscina iba a ser de 50m y la competición rápida, con pruebas de 50 y 100 metros con pocas series. A las 10, puntualmente, empezó la competición. En poco más de media hora habíamos acabado las series de 50 metros con una sensación extraña. Parece que las piscinas de 50 se nos siguen haciendo demasiado largas. Hubo entrega de medallas y fotos en el podium con los vencedores. Luego vinieron las pruebas de los 100 metros libre, braza, espalda y 200 estilos. Otra pausa, más medallas y finalmente los relevos. Los tres seguidos. Fueron rápidos, un poco caóticos porque no recordábamos el orden en el que salíamos, pero divertidos. No ganamos ninguno de los relevos, pero tampoco acabamos los últimos en ninguno de ellos, demostrando nuestro buen estado de forma.
Después de las fotos de rigor con medallas, sin medallas, con piscina, con amigos, nos fuimos a comer al restaurante del complejo, donde nos sirvieron una sopa típica y un filete de pollo empanado con patatas que si bien no era una delicatessen, se agradeció enormemente.
Tras la comida descanso y relajación para el tour de la tarde.
A las 18 nos esperaban en el centro para dar una ruta en bus. Y cuando digo que nos esperaban es literal, pues hubo quien se perdió y llegó con un poco de retraso, confirmando la fama de tardones de los españoles, pero oye, encantados que estaban con nosotros. El paseo en el autobús muy interesante. Visitamos la mayor parte de la ciudad, las zonas más turísticas y con comentarios que acompañaban a lo que veíamos. Después de dos horas en bus y con dos foto stops, llegamos al embarcadero para hacer un crucero por el Danubio, que de azul ya no tiene mucho. Tres horas en el barco admirando las márgenes declaradas patrimonio por la Unesco de la ciudad, disfrutando de la música, la compañía y esos panecillos típicos húngaros. Tras el barco, la fiesta en una discoteca local. Parece que la fiesta estuvo bien, pero quizás lo que menos nos llamó la atención, pues los pubes y discotecas son lo mismo aquí y en Sebastopol.
El domingo nos esperaba un brunch en la casa de uno de los miembros del club Atlasz. Casa situada en las colinas de Buda. Los carteles y las indicaciones nos llevaron hasta ella sin dificultad y allí disfrutamos de un jardín, piscina y la compañía de los que ya se habían convertido en nuestros compañeros de viaje. La hospitalidad siempre presente, la sonrisa siempre en el rostro y siempre dispuestos a facilitar la información que precisábamos. Pero por si fuese poco todo lo que nos habían dado durante todo el fin de semana por los 55 euros de inscripción, cuando nos despedimos nos ofrecieron un botellín de agua y un bocadillo para pasar hasta la cena.
Un 10, desde luego. Nos lo han puesto difícil para Febrero.
En todo el finde el tiempo acompañó, luciendo el sol y haciendo posible que la visita a la ciudad fuera una delicia. Ya hemos marcado el 22 de agosto de 2009 en nuestras agendas porque el año que viene volvemos, sin lugar a dudas.
En resumen, un finde inolvidable, tres medallas (oro, plata y bronce) sin contar con las tres de Martin (casi Samarucs y que me arrebató el oro en los 50m libres por dos centésimas), y varios diplomas olímpicos (vale, no son olimpiadas, pero como si lo fuesen y todo puesto hasta el octavo es diploma).
Publicado el sábado, 06 de septiembre de 2008